El séptimo chakra es el que nos conecta con nuestra naturaleza espiritual y la capacidad para incorporar la espiritualidad a nuestra vida y permitirle que nos guíe. Está directamente orientado con la búsqueda de una relación íntima con lo Divino. En él depositamos la energía de los pensamientos de bondad, los actos de fe y de las oraciones. Es la conexión con la dimensión trascendental de la vida.

Está ubicado en la coronilla y su conexión energética con el cuerpo físico es el punto de entrada de la fuerza vital, que se derrama en el sistema energético, proveniente del macro-universo. Esta fuerza nutre el cuerpo, la mente y el espíritu. Se distribuye por todo el cuerpo físico y por los seis chakras inferiores, conectando todo lo físico con el séptimo chakra.

Influye en la energía del sistema nervioso central, el sistema muscular y la piel. La conexión energética con el cuerpo emocional / mental contiene la energía que genera la devoción, los pensamientos inspiradores, las ideas trascendentes y las conexiones místicas. La conexión simbólica / perceptiva contiene la forma más pura de la energía de la gracia o prana. Almacena la energía generada por la oración y la meditación y protege nuestra capacidad para la visión simbólica.

Es el centro de la energía para el conocimiento, la visión y la intuición espiritual que trasciende la conciencia corriente. Es el dominio místico, dimensión de una compenetración consciente con nuestro Ser Interior.

Los miedos principales relacionados con este chakra son “la noche oscura del alma”; miedo al abandono espiritual, pérdida de la identidad y de la conexión con la vida y las personas que nos rodean.

Las fuerzas principales son Fe en la presencia del Ser Interior y todo lo que esa fe representa en la propia vida: guía interior, intuición para sanar y la devoción. El chakra de la coronilla representa “la nada” la energía de la que surge la manifestación física. Es eterna y no contiene ni principio ni fin.

La verdad sagrada del séptimo chakra, “vive en el momento presente”, nos mueve a desear una conexión íntima con el Ser Interior en todo lo que hacemos. La oración para llegar a conocerlo sería algo así “ya no deseo estar protegido dentro del grupo ni deseo tener un filtro mediador que me sirva de guía. Ahora quiero que TÚ entres directamente en mi vida y elimines de ella todo obstáculo, sea un persona, lugar o trabajo, que me impida formar una unión íntima contigo”.

Al buscar la unión con el Ser Interior, pedimos que se eliminen de nuestra vida todas las “ilusiones” físicas, psíquicas y emocionales. Una vez empieza el proceso de eliminación, despierta una voz interior que compite con todas las autoridades externas de nuestra vida.

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