El desafío que nos plantea el quinto chakra es progresar mediante la maduración de la voluntad ya que la verdadera autoridad proviene de alinearse con la voluntad de la Fuente Universal.
Los miedos principales son no tener autoridad o poder de elección en la vida, primero dentro de nuestra sociedad, familia o grupo, y después en nuestras relaciones personales y profesionales. También tememos no tener autoridad sobre nosotros mismos, perder el control en nuestras relaciones con el dinero, el poder, el dominio emocional de otras personas sobre nuestro bienestar, y además tememos a la voluntad divina, esta es una gran dificultad para la persona que quiera hacerse consciente.
Las fuerzas principales son la Fe, conocimiento propio y autoridad personal; capacidad de tomar decisiones sabiendo que somos capaces de atenernos a nuestra palabra, con nosotros mismos y con los demás.
La verdad sagrada “Entrega tu voluntad a la voluntad divina” nos enseña que los actos motivados por una voluntad personal que confía en la voluntad divina producen los mejores efectos. Nuestros pensamientos y actitudes también se benefician de aceptar la orientación superior. Pide orientación antes de tomar cualquier decisión.
Comprender las consecuencias energéticas de nuestros pensamientos, creencias y actos podría obligarnos a tener un nuevo grado de sinceridad. La curación auténtica y completa exige ser sincera con uno mismo. La incapacidad de ser sincero obstaculiza la curación tan seriamente como la incapacidad de perdonar. Este chakra y sus lecciones espirituales nos enseñan que el poder personal está en nuestros pensamientos y actitudes.
EL MIEDO
Las consecuencias energéticas más costosas se producen como consecuencia de actuar por miedo. Nos afanamos por obtener dinero y posición social para tener más poder de elección y así nos vemos obligados a someternos a las decisiones que toman otros por nosotros.
LA FE
Nuestra fe y nuestro poder de elección son el propio poder de la creación. Somos los canales por medio de los cuales la energía se convierte en materia en esta vida. Así, la prueba espiritual inherente a toda nuestra vida es el reto de descubrir qué nos motiva a hacer las elecciones que hacemos.
Nuestra vida física y nuestro camino espiritual son una misma cosa. Disfrutar de la vida física es un objetivo tan espiritual como el lograr un cuerpo físico sano. Ambas cosas son consecuencia de seguir la orientación divina cómo vivir y actuar movidos por la fe y la confianza. Rendirse a la autoridad de nuestro Ser Interior significa liberarse de las ilusiones físicas, no de los placeres y comodidades de la vida física.
El amor nos orienta a ser lo más amorosos posible en todas las circunstancias. El mayor acto de amor es abstenernos de pensar o expresar pensamientos negativos acerca de otras personas y de nosotros mismos. No juzgando, logramos la sabiduría y vencemos nuestros temores. Así nos liberamos de la necesidad de saber por qué las cosas ocurren como ocurren y a confiar en que, sea cual fuere ese motivo, forma parte de un designio espiritual superior.
El karma es la consecuencia energética y física de las elecciones que hacemos. Las elecciones negativas generan situaciones que se repiten para enseñarnos a hacer elecciones positivas. Una vez que aprendemos la lección y hacemos una elección positiva, la situación no vuelve a repetirse porque nuestro espíritu ya no está adherido a la lección negativa que fue causa de la elección. Este rito libera al espíritu de los dolorosos ciclos de aprendizaje y lo reorienta hacia las energías creativas y positivas de la vida. La necesidad de purgar el espíritu de los recuerdos cargados de culpa es más fuerte que la necesidad de guardar silencio.
Cada vez que derrotamos a la autoridad que ejerce un miedo en nuestra vida y lo reemplazamos por un mayor sentido de nuestro poder personal, la dulce energía de la curación entra a raudales en nuestro sistema energético.